LA MARAVILLOSA PENÉLOPE

Penélope era hija del rey Ícaro de Esparta y de la ninfa Periboa. Fue la esposa de Odiseo, rey de Ítaca y el más sabio de todos los héroes griegos de la Guerra de Troya (ver Odiseo). El matrimonio tenía un hijo llamado Telémaco. Durante los 20 años de ausencia de su marido, a causa de la guerra y del largo camino de regreso a casa, Penélope demostró ser una esposa fiel y tan imaginativa como Odiseo, man­teniendo a su marido en la memoria y resistiendo la presión de los nobles de Itaca que pretendían casarse con ella.

Consiguió engañar durante todos esos largos años a todos sus pretendientes, que disponían sin estorbo de las viandas de su palacio. Les mantuvo entretenidos, haciéndoles creer que se casaría con uno de ellos cuando terminase de tejer el sudario de su suegro Laertes. Pasaba los días haciendo ver cómo tejía sin descanso y las noches destejiendo, demostrando que su inteligencia solamente podía compararse a la de su marido, que finalmente llegó a Ítaca para vengarse y matar a todos los pretendientes. Hasta que Odiseo no le reveló que conocía el secreto de una de las patas de la cama que él mismo había hecho con una rama de olivo plantado cerca de su palacio, Penélope no se convenció de que era su marido el que había regresado. Después de su reunión, Penélope y Odiseo vivieron felices durante muchos años.

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El tejer es ese medio por el cual una mujer logra conectarse con sus sentidos y es en éste donde se vuelve la piel del alma, es la forma por la cual mediante los sentidos en silencio se transforma en lenguaje. 

 Es de esta manera como mi vida la veo como una especie de tejido, en el que hay muchos momentos los cuales forman mi esencia como persona. Los hilos que hay en mi interior son de diferente grosor ya que se basan en los sentimientos que han estado en esa estructura que se ha ido solidificando.

El estar hoy en día lejos de mi madre, hace que me sienta sola en el aspecto de esa red de apoyo que ella siempre lo ha sido, es interesante ver cómo en esencia y pensamiento siempre tengo a mi madre presente, pero que en presencia se encuentra lejos, debido a que vive en Funza (Cundinamarca) y yo en Pamplona. Es así como de alguna manera veo que esa ausencia está presente en mí ser y me hace sentirme desprotegida en muchas ocasiones por ese amor de mamá.

El visibilizar ese sentir, ese conflicto, esos sentimientos por la ausencia de mi mamá es algo importante a la hora de hacer el proceso que he venido desarrollando. 

El encontrarme conmigo misma, con el material, con lo femenino, me hace encontrar en esta manera de desarrollar algo, la fuente de mi propuesta para afrontar lo que hace de la ausencia de mi madre , la forma de hacer esa representación y sacar lo que llevo dentro.