Mi madre...Magda Patricia Rubio Andrade.
Mi
mamá desde que yo nací, supo que su mundo como mujer que es, se había
realizado. Desde que yo vine a este mundo, encontré la felicidad por medio de
ella…mi mamá.
Ella
siempre quiso que yo fuera una niña alegre, y por eso fue muy juguetona, pero a
la vez me inculcó muchas cosas hermosas, como valores, modales y ante todo cómo
valorarme a mi misma y hacer lo que me gustaba. Desde siempre mi mamá buscaba
la forma de enseñarme por medio del juego.
El
jugar, el cantar, el dibujar, el bailar, fueron aspectos importantes en esos
procesos de aprendizaje para mí. Recuerdo mucho el hecho de estar con mi madre
a la hora del desayuno y el que me daba bocaditos enseñándome algo, ya fueran
las vocales, los números, inclusive los personajes de Disney.
Pienso
que esas cositas que mi mamá inculcó en mi, son las que hacen que yo sea como
soy. En la música, el cantar con las cosas de mí alrededor era muy divertido
debido a que aprendía muchas cosas. Así mismo el bailar, el jugar, el medio del
arte (pintar, dibujar, manipular barro, plastilina…) hicieron que mi
creatividad se fuera solidificando.
Cuando
recuerdo como aprendí las cosas de mi infancia, me alegra saber que tuve una
mamá tan comprometida con su hijita. Mi mamita siempre me dice que yo fuyi esa
muñeca que siempre quiso tener desde chiquita y que quería hacerme ver el mundo
con ojos llenos de amor.
Las
canciones eran algo especial para mí, el bailar con mi mama era entretenido,
que siempre quería hacer. Yo tuve la
oportunidad de tener contacto con demás niños desde muy pequeña, la parte
escolar empezó desde el jardín, kínder, pre kínder, transición…y así
sucesivamente. Mi mamá siempre fue muy dedicad a que yo fuera una excelente
alumna y por lo tanto me fomentaba el amor por el estudio trabajando en la casa
lo que en el colegio veía, Claro está que en mi casa yo sentía esa paciencia de
madre cariñosa. La verdad la vida de colegio en esa etapa de pequeña fue muy
buena porque mi madre me fortaleció mucho en el hogar, por tanto nunca me fue
mal académicamente y del mismo modo la parte de la socializar tanto con
profesores, alumnas, y demás personas que trabajaban allí.
El
ser constante, juiciosa, soñadora, transparente, educada, alegre, inspiradora,
juguetona, y muchas otras cosas, son las que mi madre día a día sembró en mi
para que fuera una niña querida por quien me conociera y que a donde llegara me
mostrara tal cual. Ese amor de madre me hace hoy en día quererla en el sentido
de que gracias a ella soy lo que soy, que mi infancia fue y será ese tesoro
precioso que llevo en mi memoria y en mi corazón.
La paciencia
es algo que mi mamá me corrige, ya que ella m dice que al ser madre lo que
tenía y más que todo sentía era amor. El estar a mi lado día y noche para
protegerme y cuidarme era lo que le impulsaba día a día, el ver su nena
sonreír, vivir en un mundo de cuentos, aprendiendo por medio del juego para
transmitirme lo que ella sabía de una forma inspiradora mas no, forzada o
impuesta.
Mi
mamá ante todo me dice que ese mismo amor que me dio fue el que ella recibió de
su madrecita, Rafaela Andrade, mi abuelita que está en el cielo y que desde
allí nos cuida. Es de esa manera como desde tiempo atrás el amor de parte de
las mujeres de la familia de mi mamá fluye sin fronteras.
Mamita te quiero mucho...
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